martes, 23 de febrero de 2010

Historia de una decisión.

Si me preguntaran por qué decidí estudiar Comunicación Social sería muy fácil contestar: quiero ser periodista. Sin embargo, la elección de esta carrera no surgió de la noche a la mañana, sino que es el resultado de varias experiencias que he vivido desde temprana edad.
Cuando aprendí a leer tomaba el periódico de la mesa cada mañana y empezaba a hojearlo, a la vez que leía algunos titulares y noticias. Con alegría y orgullo les decía a cuantos podía lo que para mí era la gran hazaña de poder leer en periódicos. Me gustaba.
Cada noche me sentaba al lado de mis tíos y veía y escuchaba con atención el noticiero, tanta atención prestaban mis sentidos que sabia identificar a cada funcionario del gobierno de turno y a las figuras de la esfera pública. Recuerdo que mi tío se sorprendía de tal destreza. Desde entonces, cuando tenía apenas ocho anos adopté el hábito de estar informada y de interesarme por el acontecer social.
En la escuela, una de mis asignaturas preferidas y en la cual obtenía las mejores calificaciones era Ciencias Sociales, con una maestra, más que profesora que me inyectó un espíritu crítico, juicioso y cuestionador, a quien siempre agradeceré su exigencia académica en aras de sacar buenos resultados de sus estudiantes. Además, desde pequeña no he sido una mera receptora, sino que me he acostumbrado a preguntar y sentir curiosidad por lo que sucede a mi alrededor.

Recuerdo que peleaba con mis hermanos por el control del televisor, no sólo por querer ver los muñequitos y las novelas, sino también el noticiero. Si, algo atípico en una niña.
Ser actriz y modelo, sueño de una típica niña, se esfumó cuando los acontecimientos de mi adolescencia me pegaron tan fuerte que empecé a madurar significativamente y aquel hábito de estar en contacto con la realidad social me llevó a concluir que me gustaba esa práctica que está dentro de una de una carrera cuyo nombre desconocía. No fue hasta el séptimo grado cuando supe que quería estudiar Comunicación Social.
Desde aquel día no hubo dudas: quería ser comunicadora social, específicamente, periodista.
La carrera perfecta, según lo afirmado por muchos, para una jovencita extrovertida, inteligente y dinámica.
Sí, debo decir que poseo estos rasgos en mi personalidad, sin embargo, no me visualizo animando o presentando en una tarima o en un programa de televisión, sino que por mi pasión por la lectura y mi facilidad para expresarme desde niña, la cultura de criticidad que me inculcaron en la escuela, sumado a esto mi gusto por la historia, me considero poseedora de un espíritu periodístico que deseo poner en práctica. Quiero ser periodista.
En el año 2006 participe en el concurso Ensayo Histórico que organiza la Mesa Redonda Panamericana en Puerto Plata para estudiantes de tercer y cuarto grado del nivel medio.
No obtuve uno de los diez lugares, mas gane la lección de que se debe poner más empeño y dedicación y además, comprendí que cuando se desea algo, no basta con desearlo, hay que trabajar por conseguirlo. Al año siguiente volví a participar y gané el cuarto lugar con el tema Rufino Martínez, análisis de su vida y obra. Al realizar el ensayo seguía dándome cuenta que me gustaba escribir y aprender algo nuevo de lo que leía.
La vocación juega un papel fundamental a la hora de elegir una carrera, al menos eso decía el artículo que encontré en internet cuando estaba cursando el tercer grado de bachiller. “Debes elegir una profesión que disfrutes”, “puedes divorciarte de tu pareja, mas de tu carrera no”, esas y otras frases penetraron en mi mente de tal manera que fueron motivando mi deseo de tomar una decisión tan importante como elegir mi carrera universitaria.
En cuarto de bachiller tomé las pruebas del test vocacional en el colegio. Las carreras sugeridas fueron: Comunicación Social, Derecho, Trabajo Social y Psicología. Como se puede ver si alguna de estas coincide a mi realidad no es casualidad.
Estudiar una carrera con un prestigio que compite con las de otras tradicionales y más antiguas ha sido un reto, asumido por encima de la opinión de muchos, incluso de mis padres. Debo decir que estos dos años me han servido para tomar conciencia de la realidad de la carrera, pero no me arrepiento de mi elección. Además, tengo la convicción de que cuando trabajas en lo que te gusta, vives satisfecho y puedes aportar más.

3 comentarios:

  1. Amalfi.... primerament te felicito por COMENZAR este Blog..... lo veo muy interesante y emprendedor. creo k las personas como tu, con convicciones claras e ideas muy aterrizadas lleguan muy lejos en esta VIDA.

    Como parte dl comentario sobre el articulo.... creo k la carrera que estas cursando, aunk esta de mas decirlo va contigo y creo k la rama dl periodismo es el mas interesante y honrado en nuestro país (sin ofender a las demás practicas)..... sigue adelante creciendo con los problemas normales k la vida nos da y enriqueciendo con cada pedacito.

    otro día paso a leer mas..... si vez k no lo hago.... me das un tok pork me confieso despistada abc.

    att. Aymee Alonzo

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  2. Que modesta y explícita la niña, definitivamente tenemos muchas cosas en común, admiro la forma como puedes definir tus motivaciones, las cuales en ciertas cosas son iguales a las mías al elegir esta carrera, me hace sentir bien que sigas avanzando a pasos agigantados en el ejercicio. Muchas felicidades

    Erick.

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  3. Gracias Erick, espero que DIos nos brinde la oportunidad d evernos pronto, hace como tres anios que no te veo, cuidao si mas!! Cuidate mucho y gracias por tu apoyo incondicional. :)

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