Era de noche. La lluvia, la incomodidad en el carro, sumado a la tormenta por la que estaba pasando por mi hermano accidentado me tenia desesperada, ansiosa y nerviosa.
Sólo quería llegar para ver a mi hermano.
Estaba tan oscuro y tenía miedo. Cuando quedé sola en la parte trasera del carro me incorporé y me puse en medio de los das asientos delanteros. De repente, algo cambió!
Al moverme me di cuenta que no estaba tan oscuro! La posición en la que estaba sentada me hacía ver todo oscuro, peligroso, temeroso y me daba miedo que tuviéramos un accidente pues llovía. Al moverme ya era todo distinto.
Así es en la vida misma. Dicen que depende del cristal con que se miren las cosas, pero también digo que depende la actitud que asumamos y de la posición y la perspectiva que elijamos para MIRAR lo que nos toca VER.
Ojo: Ver y Mirar no es lo mismo.
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